29 jul 2007

Tango con el brazo dislocado

Estamos Mike y yo en mi coche. Acabamos de llegar al local que regenta Rita-la-de-melena-con-vida-propia. Es un edificio a las afueras rodeado de un amplio párking con más coches de lo normal. Se llama Bunnyland. Pone esas letras en un neón verde que acompaña otro de color azul celeste con forma del logotipo de Playboy. Salimos del coche camino del bar, pasando por los oscuros vehículos. Mike está intranquilo.

-Eh, Con, por aquí hay más coches de lo normal. ¿Habrá alguna fiesta especial?

-No lo sé. Creo que hubo elecciones a la alcaldía hace poco. Quizá sean políticos celebrándo los resultados. Al fin y al cabo, todos ganan.

Al entrar nos topamos con un bar de carretera normal, con su mugre añeja inmune ya a la lejía y sus dos clientes que más que entes vivos parecen objetos del mobiliario. El barman. Un hombre entrado en años y en carnes nos pregunta:

-¿Que desean los señores?
-Venimos a ver a la jefa -Responde Mike.
-¿De parte de quien venís?
-De su parte. Nos ha encargado un tabajo a mi amigo el punki y a mí -Respondo intentando que Mike no se empiece a calentar-. Y nos tiene que dar unas cosas escritas. Información.
-Pues no sé yo nada de ningún trabajo. -El señor de detrás de la barra acaba de comprarse un billete a través de la impaciencia de Mike. Mike se acerca a la barra rápido. Lo coge del hombro de improviso y lo saca fuera de ella acompañándolo hasta caer en el suelo. Al hacerlo tira el expositor de comida que había entre ellos.
-Creo que no he oído la respuesta adecuada.-Le ruge Mike a la cara-. Será mejor que nos lleves al despacho de Rita echando virutas o virutas haré yo contigo.
El camarero, enfadado más que dolido intenta deshacerse de la mole de ira que tiene encima e incorporarse. Mike le oprime con la otra mano y le deja boca abajo. Nadie en el local parece molestarse. Interrumpo a Mike antes de que inutilice al camarero, que ha cambiado su cara de la ira al dolor.
-No es por nada, caballero, pero yo y mi iracundo amigo llevamos algo de prisa. ¿Nos puede indicar dónde está el despacho de Rita y abrirnos, por favor?-Hago un gesto pidiendo a Mike que deje moverse al tumbado.

Sin decir nada el barman, dolorido por el estirado de brazo y por el golpe contra el suelo nos acompaña a través de un pasillo con varias puertas. Nos abre una de ellas con unas escaleras.

-Ahí arriba está su despacho. Pero ahora no está. Por eso no os traje.

Mike ha cambiado su mueca de enfado por una sonrisa burlona.

-No te preocupes. ¡Eso te lo arreglo yo en un periquete! -Mike sonriendo le estrangula otra vez el brazo crujiendo tres veces hasta que a la cuarta vuelve a hacer un crack que, acompañado todo ello con un sonoro grito del barman, le restablece el brazo a la normalidad. - Te dolerá un rato, pero tenerlo ya lo tienes operativo.

Abrumado, el camarero se marcha sin mirar atrás. Mike me mira y se ríe.

-Anda, vamos arriba, Mike.

Sentimos la tardanza de publicación,
en breve la continuación de este interrumpido baile